En días pasados tuve la oportunidad de participar en un taller en donde se buscaba identificar puntos clave para la implementación de los sistemas de información de gestión fiscal a nivel territorial, esto se refiere a los sistemas que permiten controlar la definición y recaudo del pago de impuestos de la ciudadanía a nivel municipal.
Esta experiencia, se desarrolló en el marco de un trabajo interdisciplinario en donde participaban actores de gobierno territorial, multilaterales, expertos y representantes industria, y en este escenario se develaron las principales preocupaciones alrededor de este tipo de implementaciones, pero a su vez las oportunidades que representan.
Desde mi punto de vista, aunque discutimos sobre lo que se consideran factores de éxito, lo más enriquecedor fue compartir experiencias sobre lo que no funciona y retar los esquemas tradicionales de apoyo de organismos multilaterales.
En términos generales me gustaría resaltar las siguientes reflexiones , que considero son de mucha utilidad para quienes emprenden este camino en las administraciones locales:
- Los sistemas de gestión fiscal no son un asunto de tecnología, son un asunto estratégico, y por esto, deben ser liderados por las autoridades encargadas de la gestión fiscal pues son ellos quienes tienen la capacidad de definir y orientar los procesos que se requieren para una efectiva gestión, sin embargo, el negocio no es nada si no se tienen en cuenta a los clientes, por esto es importante pensar estos servicios desde el usuario, desde sus intereses y sus preocupaciones e involucrar directamente a este usuario desde el momento cero.
- Los sistemas de recaudo pueden ser disruptivos e innovadores pero además empoderar a la ciudadanía, qué pasaría si le damos la posibilidad a la ciudadanía de que frente al valor de pago que realizará decida cómo quiere invertir, ó si utilizamos esquemas de fidelización alternativos más allá de los descuentos por pronto pago, ó qué tal si hacemos crowdfounding en lugar de pagos personalizados con liquidaciones difíciles de entender?. Tal vez el tiempo de los sistemas muy robustos y estándar ha sido superado, pues además de grandes inversiones y grandes esfuerzos que muchas veces se pierden por los cambios de gobierno y por las diferencias políticas, hay soluciones que nos aproximan más rápidamente y eficientemente a los motivadores de la ciudadanía, y estos escenarios que son más ágiles también nos permitirán rápidamente recibir retroalimentación y mejorar con enfoque en la realidad.
- La administración pública no es una fábrica de software, su misión es servir a la comunidad y no destinar por 2 o 3 años recursos humanos para producir un sistema, esto genera un reto de mercado para garantizar una oferta de soluciones competitiva y pertinente.
- Se buscan alianzas y no préstamos o asistencia, estamos en un momento del tiempo en que es imposible pensar en una iniciativa de este tipo sin el concepto de colaboración, es necesario que los organismos que apoyan este tipo de iniciativas generen alternativas que sean más de asociación y desarrollo conjunto que de asistencia técnica tradicional y que se reintenten y se permitan generar nuevas opciones.
El reto finalmente es lograr que este tipo de soluciones haga parte de la agenda por la trascendencia en transparencia y desarrollo colectivo que generan pero indudablemente el enfoque ya no es tan tradicional.
Por Johanna Pimiento.
